miércoles, 4 de enero de 2012

El Inframundo segun Sherrilyn Kenyon (fragmentos del libro The Dream Hunter)



Hades, El dios del Inframundo no tenia miedo de nada ni de nadie. Sus poderes eran mas que comparables a los de los otros, y lo mejor de todo, el odiaba a los otros tanto como ellos lo odiaban a el.
Por ello, Hades siempre estaba abierto a un buen trato, especialmente si tal trato irritaba a Zeus.

En los dominios de Hades todo era oscuro como la noche. Triste. No habia pasillos de marfil y oro como los que se encontraban en el Olimpo. Al menos hasta que uno visitaba los Campos Eliseo, donde las buena almas eran enviadas a vivir su eternidad en el paraiso. Aquellos que eran lo bastante afortunados para residir alli tenian todo lo que sus corazones concebian. Ellos podian incluso reencarnarse si asi lo deseaban.
Pero los Campos Eliseos eran solo una parte de un mucho mas vasto reino. Uno que no contenia otra cosa que miseria para aquellos que estaban condenados. Especialmente en esta epoca del ano. Hacia tres meses que la amada esposa del dios, Persephone, habia sido enviada a vivir con su madre en el reino superior. Hasta que Persephone volviese, Hades haria la vida un infierno de cualquiera que se atreviera a tratar con el. Desde el momento en que ella se iba hasta que regresaba, el pasaba todo su tiempo torturando a aquellos que estaban a su alrederor.

A la entrada del reino se encuentra Cerberus, el perro de tres cabezas.
Las cantapuntas estan hechas de esqueletos y huesos de los enemigos de Hades. Muchos de los cuales habian sido Titanes y antiguos quienes habian tenido la mala suerte de irritar al sombrio dios- ellos ni siquiera tuvieron la ventaja de que Hades los torturara para la eternidad. El los habia relegado a nada mas que decoracion. La camara de los dominos de Hades era la unica sala opulenta del palacio del dios que estaba abierta para los forasteros. El trono de Hades se encontraba hecho de huesos de Titanes, su trono era negro y era tan pulido que brillaba como el acero. Duro e intimidante como el dios era, dominaba los estrados donde se sentaba. Al lado de su trono se encontraba una silla mucho mas pequena, hecha de oro y alcochonada con cojines de color de la sangre. Este ere el lugar de Persephone donde se sentaba siempre que se encontraba con su marido.


"Arik observo como un Caronte pasaba junto a el por el rio. El anciano era un enfurrunada figura barbuda, vestida de marron oscuro. Su despiadada mirada fija escaneaba a esos  aquellos quienes estaban reunidos sobre las orillas del rio. Caronte solo llevaria a aquellos que tuviesen un obulos, una moneda griega, o un danace persa para pagar los honorarios del barquero. Solo aquellos con la moneda podrian ir al otro lado, donde serian separados, aquellos que habian hecho buenas obras en su vida serian llevados a los Campos Eliseos para un descanso divino, y los que habian cometido malvadas obras serian destinados al Tartaro para ser torturados.
Pero solo un tonto le daria la moneda al a Caronte  antes de que los dejara en la orilla opuesta. Era una costumbre mostrar la moneda a Caronte, entonces esperar y entregarsela cuando el viaje estuviese completo. Si no podrias mostrarle la moneda, entonces estabas condenado a pasar en la orilla unos cien anos antes de que pudieras cruzar; y si pagabas antes de que te depositase en tu destino, lanzaria tu alma al rio, donde sufririas de eterna miseria."

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